Valorar la humildad en ventas, bien del vendedor o del Director comercial es un primer paso sobretodo en la selección de vendedores.
Es muy común en los procesos de selección de vendedores y directores comerciales pensar que un candidato es bueno por tener un gran ego, agresividad, una gran opinión de sí mismo y hasta un poco engreído. Se supone que será una persona con una gran auto-estima y que será la admiración de sus compañeros. Pero ser engreído no es lo mismo que auto-estima (o digamos que se podría llamar una auto-estima subjetiva, en contra de la objetiva).Y es que hay mucho convencido que hay que contratar a un DirCom que refleje superioridad (seguramente porque se quieren alejar del desesperado) y que aparezca como “sobrado” para el puesto. Incluso serían felices si pudieran contratar dos “sobrados”, a ver quien de ellos se gana el puesto. Pero , luego, esa persona no escuchará a nadie y será impertinente en sus relaciones, hasta un poco despreciativo

Yo entiendo por qué pasa esto. Básicamente, por miedo. El problema vendrá luego cuando las cosas no vayan derechas y ese perfil de persona, que seguramente no estará muy dispuesto a la reflexión, la adaptación y al consejo de otros, estará perdido y no garantizará objetivos ni a medio ni a largo plazo.

Miguel de Cervantes dice en el famoso Diálogo de los Perros que «la humildad es la base y fundamento de todas virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea.» Y opina que la modestia y la discreción mejoran las demás virtudes y enriquecen la personalidad.

Parece, entonces, que algo malo no es sino que es origen de mucho y bueno. Pero es increíble cómo la humildad se percibe mucha veces como una debilidad cuando ser modesto, respetuoso, tener deseo de aprender, estar abierto a reconocer los errores y las nuevas ideas, etc., son las virtudes en las que todos estamos pensando.

Y es que el Director Comercial debe ser humilde para darse cuenta, en todo momento, de la posición comercial de su empresa por si son necesarios cambios; humilde para analizar sin soberbia a la competencia; humilde para analizar sus posibilidades actuales de conseguir objetivos y proponer cambios a su empresa; y humilde para no ser cegado por el espejismo actual que no le deja ver los oscuros nubarrones que se pueden avecinar.

Creo que el que selecciona debe ser el más humilde.

NOTA: Aprovecho el post para promocionar el blog de Javier Colomo sobre ELECTRICIDAD SOLIDARIA. Y, por ello y con su permiso, utilizo la imagen adjunta que redirecciona a su blog.