cuando el vendedor no realiza su trabajo comercialHoy he recogido una chaqueta en el Corte Inglés pero todavía tengo el recuerdo de la interacción con la “despachante” hace unos días cuando, habiendo elegido una, fui al mostrador para preguntarle si había en almacén una talla más. Cuál fue mi sorpresa cuando ella miró en el terminal y me dijo: “Aquí no. Déjeme su teléfono que miraré si hay en otros centros y ya le llamaré
Vosotros pensaréis: «¿Por qué esa sorpresa si ella ha sido tan amable?». Pues muy sencillo, ¡la dependienta (o despachante) no estaba haciendo absolutamente nada! Así que con mi deformación en venta no se me ocurrió otra cosa que decirle: «Pero, ¿no puedes llamar ahora mismo y me das la respuesta ya?» Y ella, creo que molesta y (creo) algo avergonzada no tuvo más remedio que coger el teléfono y realizar su trabajo para el que (creo) le pagan (o no).
En mis cursos de técnicas de venta o en mis presentaciones a empresarios lo primero de lo que hablo es de la actitud hacia la venta tanto de vendedores como de empresas e incido fuertemente en la diferencia entre Vender y Que-Te-Compren. Quien no entiende esto no tiene futuro.
Casos como el citado me los encuentro frecuentemente no ya en los comercios en mi vida personal sino en mi actividad profesional como asesor comercial o consultor de ventas y es la desmotivación del vendedor y el nulo planteamiento del empresario por cambiar su realidad para vender mejor y más. Esta actitud es un cáncer empresarial que hay que operar cuanto antes.