¡Vaya imagen! Está tomada en un restaurante de Elche, España y como dice el dicho de que «una imagen vale más que 1.000 palabras» lo que tenemos claro es que esta «empresa» no tiene ninguna preocupación en el nombre del producto que ha puesto a la venta.
¡Francisco! Es un restaurante, no una empresa. Es un bocadillo, no un producto en venta.
Amigos: todo es mercado, todo es venta y todo es producto en venta… y todos son clientes.
Hagamos abstracción de esto aplicado a la presentación de productos que hacen las empresas y la poca intensidad e importancia que muchas ponen en ello pero pensemos que una buena definición y presentación es un lenguaje directo con nuestros potenciales clientes y lo que nosotros les decimos debe ser lo real y verdadero:
– Un sándwich de pollo no es un sandwich vegetal.
– Una máquina que fabrica 30 piezas/minuto no fabrica 40 piezas/minuto.
– Un chalet en Albacete no es un chalet cerca del mar.
– En un mes no se puede aprender a hablar inglés correctamente.
– Un batido no adelgaza.
– Una crema no rejuvenece.
– Con 20 euros de inversión no se pueden ganar 40.000 euros sin hacer nada.
– Etc.
Me viene a la memoria lo que escuché en una empresa hace años: «nosotros no hacemos venta sino marketing». Chorradas. ¿Se confunden a sí mismos?
«Hola, con este automóvil usted ya no tendrá más problemas de aparcamiento cuesta abajo pues las ruedas que ponemos son cuadradas» Mentiras.
¿Te da vergüenza lo que vendes? Pues, dedícate a otra cosa.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.