Cómo entrar bien en el mundo de las ventas - marca personal en tu carrera en ventasEl próximo trimestre imparto un curso en la Obra Social de CAM Mediterráneo, ahora Banco Sabadell, con el título de este post: «Cómo entrar bien en el mundo comercial» cuyo contenido forma parte del primer capítulo de mi siguiente libro dedicado al trabajo, vida y figura del vendedor desde que se lo plantea y accede al mundo comercial (tal vez porque no le quede otro remedio) hasta que se convierte en Director Comercial (momento apropiado éste para que lea mi primer libro «El Libro Rojo del Director Comercial».
Este primer capítulo tiene su círculo de recorrido con otro, al final del libro, titulado «Prepara tu futuro» y es que los 2 apuntan a que, ya desde que somos jóvenes y nos metemos de vendedores nos dedicamos a vender todo lo que nos toca y solo cuando llevbamos 15 o 20 años de profesión y asoma la palabra «riego laboral» nos damos cuenta de que no nos hemos acordado de vender nuestro producto más importante: Nosotros Mismos. Es lo que se llama «Personal Branding» o Marca Personal.

La marca personal no es exclusiva del mundo comercial sino anexa a todas las personas de todos los puestos y sectores en este mundo competitivo pero es curioso que un vendedor, incluso aunque haya llegado a su cima profesional, no se tenga a sí mismo por su producto más importante.

Leí un report de la consultora McKinsey sobre la bajada en USA de un 15% en el número de profesionales entre 35 y 44 años y cómo las empresas líderes están muy preocupadas en captar a los mejores talentos para que les ayuden a seguir siendo líderes. Ahí, esos talentos tienen un nicho propio de oferta y demanda y tendrán que negociarse a sí mismos en cuanto a propùesta de valor y plan de compensación.

Cuando escribí ese capítulo (y aun hoy cuando añado o modifico algo) me dio por reflexionar sobre lo que a mi me ha ocurrido y ocurre referente a ello y como es un proceso que no se detiene, no te deja descansar y tienes que seguir sobresaliendo y aportando tu parte de valor. Y la conclusión más clara de ello es que en esta auténtica jungla que es la calle, como decía Darwin, no sobrevive el más guapo ni el más fuerte sino el que mejor se adapta.